Alimentación segura

Una alimentación segura se logra por medio de la ingesta de alimentos inocuos. Un alimento es inocuo cuando hay seguridad de que este no causará un efecto adverso en la salud para el consumidor cuando se lo prepara y/o se lo consume de acuerdo con su uso previsto (1). Para que las personas puedan satisfacer sus necesidades alimentarias y gozar de una vida activa y saludable, tengan o no una EII, necesitan poder consumir alimentos inocuos.

Un alimento no inocuo es aquel que contiene contaminantes, pudiendo ser estos de tipo físico, químico o biológico. Dentro de los físicos encontramos, por ejemplo, a las partículas metálicas. En cuanto a los químicos, se pueden mencionar, entre otros, a los residuos de plaguicidas o a los restos de productos de limpieza y desinfección. Los biológicos, por último, engloban a los microoganismo capaces de producir un daño a salud.

Las enfermedades de transmisión alimentaria (ETA) son causadas por contaminantes químicos o biológicos que penetran en el organismo a través del agua o los alimentos contaminados. Los peligros biológicos son los que más incidencia tienen en las ETA y comprende a microorganismos patógenos -bacterias, virus y parásitos-. De estos, las bacterias están asociadas a los mayores reportes de ETA.

Muchas ETA puede causar síntomas muy similares a los que tiene una persona con EII y también pueden alterar aun más su bienestar, de allí que nos parece interesante hacer un aporte de pos del manejo higiénico de los alimentos. Gracias al conocimiento acumulado a lo largo, hoy disponemos de una alta seguridad alimentaria que nos permite disfrutar de los alimentos que consumimos. Trataremos de sintetizar en este artículo varios mensajes clave para tener en cuenta.

Manejo higiénico de los alimentos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) desarrolló las 5 claves de la inocuidad alimentaria (2), un trabajo realizado por especialistas en el tema y que desarrollamos a continuación junto con aportes de los profesionales que conforman el equipo de Fundación Con Vos. Las recomendaciones de esta página están pensadas principalmente para el hogar y no para la industria alimentaria ni para servicios de alimentación.

La primera y más importante de las reglas es mantener la higiene en todo momento, y esto se logra media la limpieza y la desinfección. Limpiamos cuando eliminamos lo que vemos (suciedad, restos de alimentos) y desinfectamos cuando reducimos el número de aquello que no vemos (gérmenes o microorganismos). Para limpiar utilizamos en general jabón o detergente y agua, ayudándonos con esponjas, cepillos o fregando con las manos, para posteriormente enjuagar; para desinfectar, en cambio, utilizamos soluciones de desinfectantes tales como la lavandina (hipoclorito de sodio).

1.1. Lavate las manos siempre que sea necesario

Al preparar alimentos utilizamos nuestras manos (manipulamos), por lo que el lavado de las manos es imprescindible y debés realizarlo: 

Para lavarte las manos, seguí estos pasos:

El uso de alcohol es para aquellas situaciones en las cuales no se puede asegurar un correcto lavado de manos, aunque el lavado de manos es el método más eficaz y barato para mantenerlas en estado higiénico. 

1.2. Lavá y desinfectá las superficies y equipos usados en la preparación de alimentos

1.3. Mantené los alimentos y el lugar donde los preparás libres de insectos, plagas y otros animales

Las plagas consisten en apariciones masivas y repentinas de ratas, ratones, pájaros, cucarachas, moscas y otros insectos. Estas, junto con las mascotas, pueden transferir microorganismos nocivos a los alimentos y a las superficies de la cocina. Por ello es importante:

2. Separá alimentos crudos y cocinados

2.1 Separá las carnes sin cocinar (rojas, de ave y pescados) de los demás alimentos.

Al hacer la compra, mantené separadas las carnes de los demás alimentos. Prestá atención a los líquidos que puedan escurrirse por la bolsa que las contienen.

En la heladera, guardá las carnes crudas debajo de los alimentos cocinados o listos para el consumo para evitar la contaminación cruzada. La contaminación cruzada consiste en la transferencia de microorganismos de alimentos crudos a alimentos cocinados y puede darse a través de un contacto directo o a través de los utensilios y superficies contaminados.

2.2 Usá equipos y utensilios diferentes, como cuchillos y tablas de cortar, para manipular alimentos crudos.

Tené especial cuidado con las carnes. Un ejemplo es en la preparación del asado, donde las bandejas y los utensilios para la preparación de las carnes deben limpiarse y desinfectarse antes de poder utilizarse para servir el asado listo.

2.3 Conservá los alimentos en recipientes para evitar el contacto entre los crudos y los cocinados.

Guardá los alimentos en recipientes con tapas para evitar la contaminación cruzada. También en el congelador o freezer, ya que allí la mayoría de los microorganismos peligrosos no muere.

3. Cociná completamente los alimentos

3.1. Cociná completamente los alimentos, especialmente las carnes y los huevos.

Todos los alimentos debería cocinarse de manera tal de alcanzar los 70°C en el centro, que es la parte más fría. Para verificarlo, recomendamos disponer de un termómetro, como los tipo «pincha carne».

Si no tenés un termómetro, asegurate de cocinar las carnes hasta que los jugos de cocción sean claros y no rosados; para el caso de sopas y guisos, asegurate de que todo el volumen hierva bien por al menos un minuto y controlá también el color de los trozos de carne en su interior, si la preparación contiene carne.

Si utilizás microondas, prestá especial atención a que la cocción sea uniforme. Suele suceder con frecuencia que algunas partes se calientan menos.

3.2. Recalentá completamente los alimentos cocinados. 

Es importante llegar a una temperatura de cocción y luego dejar entibiar el alimento antes de consumir.

Algunos recipientes de plástico liberan sustancias tóxicas cuando se calientan, por lo que no deberían utilizarse para calentar alimentos en el microondas.

4. Mantené los alimentos a temperaturas seguras

Descongelado correcto

Un descongelado adecuado permite que el alimento mantenga su calidad y no represente un riesgo para la salud. Nunca descongeles a temperatura ambiente ya que con esto permitís que los microorganismos comiencen a reproducirse en los puntos en los cuales la temperatura va aumentando. Hacelo de forma segura siguiendo alguna de estas técnicas, ordenadas en orden de preferencia:

5. Usá agua y materias primas seguras

Referencias bibliográficas

(1) International Standards Organisation (ISO). Norma Internacional ISO 22.000. Sistemas de gestión de la inocuidad de los alimentos — Requisitos para cualquier organización en la cadena alimentaria. ISO, 2018.

(2) Departamento de Inocuidad de los Alimentos, Zoonosis y Enfermedades de Transmisión Alimentaria de la Organización Mjundial de la Salud. Manual sobre las cinco claves para la inocuidad de los alimentos. Organización Mundial de la Salud, 2007.  ISBN 978 92 4 359463 7.

La información contenida en este sitio web es general y no reemplaza la consulta con un profesional en ciencia y/o tecnología de los alimentos para casos puntuales. Nuestra intención es brindarte la mejor información basada en evidencia científica de la que disponemos. En caso de dudas o sugerencias, por favor ponete en contacto con la Fundación.