Alimentación segura

Una alimentación segura se logra por medio de la ingesta de alimentos inocuos. Un alimento es inocuo cuando hay seguridad de que este no causará un efecto adverso en la salud para el consumidor cuando se lo prepara y/o se lo consume de acuerdo con su uso previsto (1). Para que las personas puedan satisfacer sus necesidades alimentarias y gozar de una vida activa y saludable, tengan o no una EII, necesitan poder consumir alimentos inocuos.

Un alimento no inocuo es aquel que contiene contaminantes, pudiendo ser estos de tipo físico, químico o biológico. Dentro de los físicos encontramos, por ejemplo, a las partículas metálicas. En cuanto a los químicos, se pueden mencionar, entre otros, a los residuos de plaguicidas o a los restos de productos de limpieza y desinfección. Los biológicos, por último, engloban a los microoganismo capaces de producir un daño a salud.

Las enfermedades de transmisión alimentaria (ETA) son causadas por contaminantes químicos o biológicos que penetran en el organismo a través del agua o los alimentos contaminados. Los peligros biológicos son los que más incidencia tienen en las ETA y comprende a microorganismos patógenos -bacterias, virus y parásitos-. De estos, las bacterias están asociadas a los mayores reportes de ETA.

Muchas ETA puede causar síntomas muy similares a los que tiene una persona con EII y también pueden alterar aun más su bienestar, de allí que nos parece interesante hacer un aporte de pos del manejo higiénico de los alimentos. Gracias al conocimiento acumulado a lo largo, hoy disponemos de una alta seguridad alimentaria que nos permite disfrutar de los alimentos que consumimos. Trataremos de sintetizar en este artículo varios mensajes clave para tener en cuenta.