La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es un grupo de enfermedades donde hay inflamación crónica del sistema digestivo. Encontramos fundamentalmente dos patologías diferentes: la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU); aunque también existe otra menos frecuente, la colitis indeterminada o inclasificable.
No hay una sola causa sino un conjunto. Existe una predisposición genética, un mal funcionamiento del sistema inmunitario y desencadenantes ambientales (tabaco, gérmenes, entre otros).
El cuadro de la enfermedad se intercala entre ciclos de remisión (latente) y de crisis o brote (activa). Los síntomas incluyen diarrea crónica, presencia de sangre y/o moco en materia fecal, distensión y dolor abdominal, fatiga y decaimiento. También puede observarse fiebre, falta de apetito, pérdida de peso, anemia y hasta manifestaciones en la piel, los ojos, las articulaciones o el hígado.
Por compartir síntomas, es frecuente la confusión con otras enfermedades como la celiaquía y el síndrome de intestino irritable (SII), aunque son patologías muy distintas.
Diferencias con el SII
El SII es un trastorno funcional y no una enfermedad orgánica como la EII. Su diagnóstico es por medio del descarte de enfermedades orgánicas y por medio de criterios clínicos, que son los llamados criterios de ROMA, a saber:
Dolor abdominal recurrente
Además de dos o más de los siguientes:
Asociado a la defecación: Puede presentarse con diarrea, constipación o mixto.
Cambio en la frecuencia de las deposiciones
Cambio relacionado a la consistencia de las deposiciones
El tratamiento es con cambios de hábito de vida haciendo hincapié en la alimentación. Se pueden necesitar algunos medicamentos para el control de los síntomas. El médico gastroenterólogo tratante debe diferenciar el SII de la EII para indicar el tratamiento apropiado.
Una vez que aparece el cuadro, la enfermedad no tiene cura. Se trata de una enfermedad crónica, al igual que la diabetes o la hipertensión.
Sin embargo, tratada de forma oportuna y efectiva, puede cursarse de una manera llevadera.
Afortunadamente sí. Tratada de forma oportuna y efectiva, la persona puede mantener una buena calidad de vida.
El tratamiento incluye aminosalicilatos (como un analgésico intestinal), corticoides, inmunomoduladores y medicamentos biológicos.
La cirugía también es una opción en algunos casos.
Los tratamientos tienen como objetivo mejorar los síntomas y recuperar la buena calidad de vida libre de corticoides.
No existe una recomendación general más allá de mantener una dieta equilibrada. Es importante un seguimiento con nutricionista. Consultá nuestra sección para más información.
Al tratarse de una patología que no es visible fácilmente, la persona que la padece tiene dificultades para ser comprendida; incluso suele ser diagnosticada tardíamente, confundiéndose con otras enfermedades. Con el agravante de que un síntoma característico es la incontinencia fecal, la persona afectada tiende a distanciarse socialmente y a evitar manifestar lo que le sucede. Todo esto tiene un impacto muy fuerte en todos los órdenes de la persona afectada: social, laboral, sexual…
Primeramente debe haber una consulta con un médico gastroenterólogo, ya que no hay un único test.
Se deben observar síntomas digestivos que despierten la sospecha. Posteriormente, se deben descartar otras enfermedades. Se realizan estudios de endoscopia digestiva y biopsias que analizan los tejidos. Pueden ser necesarios, además, estudios de imágenes.
En Argentina, la EII es considerada una enfermedad poco frecuente (resolución 641/2021 del Ministerio de Salud de la Nación). Esto significa que es una patología con una prevalencia igual o inferior a una en dos mil (1 en 2000) personas. Es decir que, si tomáramos como válida esta cifra, y de acuerdo con el censo nacional de 2022, la cantidad de personas afectadas podría ser de casi 23 000 en todo el país y de poco más de 1 900 en la provincia de Córdoba.
Si bien puede presentarse a cualquier edad, se manifiesta mayormente en dos grupos etarios que son entre los 15 y 30 y luego hacia los 50 años.
Aún hoy no existe una que contemple las reales necesidades que tiene la persona que padece la EII. Sí se puede mencionar el marco que otorga la Ley Nacional 26.689 Promuévase el cuidado integral de la salud de las personas con Enfermedades Poco Frecuentes, y su decreto reglamentario 794/2015.