Intolerancias alimentarias

Las intolerancias alimentarias son un grupo de reacciones adversas a los alimentos en las que no está involucrado el sistema inmunitario. La causa principal es el déficit parcial o total de alguna enzima que impide metabolizar correctamente algunas de las sustancias presentes en los alimentos, siendo la más frecuente el déficit de lactasa. (1)

Intolerancia a la lactosa

La lactosa es el azúcar de la leche y representa aproximadamente el 5% de su composición. Cuando consumimos lácteos, la lactosa llega al intestino delgado y gracias a la enzima lactasa es dividida en galactosa y glucosa para poder ser aprovechada por nuestro organismo.

La intolerancia a la lactosa es causada por una falta o déficit de la síntesis o producción de lactasa luego de la lactancia, período durante el cual se sintetiza normalmente; salvo en el caso de recién nacidos o bebés con una deficiencia genética poco frecuente, que deben ser alimentados con fórmulas libres de lactosa. Si las personas que no producen lactasa o la producen en baja cantidad consumen leche, la lactosa no se hidroliza y llega intacta al intestino grueso, donde las bacterias del colon la fermentan y producen gran cantidad de gases. (2)

Durante el brote, es posible que los síntomas digestivos pueden verse asentuados por el consumo de leche: deposiciones líquidas más frecuentes, hinchazón y dolor abdominal intensos. En este caso, es aconsejable reducir la frecuencia y la cantidad de leche puesto que la lactosa actúa como acelerador del tránsito y fermenta en el colon. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta restricción debe ser temporal, ya que puede conducir a una ingesta inadecuada de calcio, vitaminas A, D, E y B9 y proteínas de alto valor biológico, al mismo tiempo que la EII aumenta la necesidad de estos nutrientes debido a la malabsorción e inflamación. (3)

Alimentos modificados en su contenido de lactosa

La tecnología alimentaria permite ofrecer productos lácteos con una modificación en su contenido de lactosa. Así, se puede disfrutar de sus beneficios sin el riesgo de un compromiso digestivo. Cualquier persona con EII, aunque no sea intolerante a la lactosa, pero sí necesite evitar este azúcar temporalmente en su dieta, puede encontrar en estos productos una alternativa a la restricción de lácteos. 

En Argentina tenemos 3 alternativas para estos alimentos:

Además de estos alimentos, hay otros lácteos en los cuales el contenido de lactosa se ve reducido por su propio proceso de producción. Dentro de estos tenemos a la manteca (donde la lactosa se desprende con la parte acuosa de la leche por lo que solo queda un residuo en la parte grasa), el yogur y los quesos (donde se fermenta la lactosa).

Referencias bibliográficas

(1)  Murillo, Ana Zugasti. DOI: https://www.elsevier.es/es-revista-endocrinologia-nutricion-12-articulo-intolerancia-alimentaria-S157509220971407X. Elsevier, 2009.

(2) Consejo para la Información sobre la Seguridad de los Alimentos y Nutrición. Leche reducida en lactosa. Consultado el 17 de septiembre de 2023.

(3) Martin, Alexandra (Association Francois Aupetit). MANGERAVEC UNE MICI ?.  Francia, 2015.

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